Mariana Rondón (Barquisimeto, Venezuela, 1966 ) y Marité Ugás (Lima, Perú, 1963) llevan más de tres décadas dedicadas cine, alternándose la dirección en cada proyecto, pero siempre escribiendo y produciendo juntas sus historias.
Tras abandonar Venezuela, donde vivían y desde donde habían sacado adelante películas como Pelo Malo, El chico que miente o Postales de Leningrado con la productora Sudaca Films (fundada en 1990), se asentaron en Perú para armar su nuevo proyecto titulado Zafari, el cual fue estrenado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Zafari, dirigida por Mariana, cuenta la historia de una familia de clase media venida a menos por la insostenible situación política y económica del país donde viven. Cuando el zoológico adyacente a su residencia recibe un hipopótamo y le encargan su cuidado a una familia del barrio contiguo, se desencadena una especie de lucha entre los integrantes de ambas familias que pertenecen a dos estratos sociales diferentes.
La piscina compartida con los otros vecinos del edificio, que se va vaciando poco a poco y que está rodeado de una barriada, es el último privilegio que les queda, y por el que están dispuestos a defenderlo hasta las últimas consecuencias.
Para esta "fábula distópica" que disecciona crudamente la sociedad latinoamericana azotada por las crisis políticas, económicas y sociales, Mariana y Marité reunieron a un elenco sobresaliente encabezado por la chilena Daniela Rodríguez y los venezolanos Samantha Castillo, Francisco Denis y Alí Rondón.
Las motivaciones de Zafari
Mariana Rondón: Cuando salimos de Venezuela y nos fuimos a vivir a Perú, de repente contábamos historias, y allí la gente se lo tomaba absolutamente normal, ya que el Perú de los 80 vivió una crisis política y económica muy fuerte. Pero al hacer un recorrido por toda Latinoamérica, notas que es una misma crisis, con distintos matices y colores, con distintas tendencias... es la crisis recurrente de Latinoamérica.
Quisimos hablar de esa tensión latinoamericana, de esas caídas que se producen una y otra vez, de recesiones, de conflictividad, de una sociedad que siempre termina en un lugar límite. Nos planteamos hacer una película con una visión muy regional, que se tuviera la sensación de que hay algo de toda esta historia que resuena. Y la tensión que genera es porque creo que es algo que está latente todo el tiempo.
Decidimos coquetear con todos los géneros cinematográficos, aunque no es una película de género. Nos propusimos partir desde algo que podría ser una comedia, luego una tragicomedia para pasar a algo que puede darte realmente terror.
Escribir juntas
Marité Ugás: Siempre tenemos líneas fuertes de discurso, en este caso esas líneas eran el miedo, el hambre y un conflicto de lo más sencillo posible para poder transmitir estas sensaciones rápidamente, con personajes arquetípicos, la familia A y la familia B, y que se desarrollen estas situaciones en un espacio-tiempo límite. Luego, todo viene de noticias que vimos en el 2015 sobre cosas insólitas que estaban sucediendo en los zoológicos de Venezuela.
Mariana Rondón: Además éste es un punto de partida que se ha dado en la historia de la humanidad muchas veces y que lo estábamos llevando al terreno latinoamericano.
Las crisis latinoamericanas
Marité Ugás: Desde el 2015 comenzamos a ver las ventas de garaje en Venezuela, todo el mundo estaba vendiendo las joyas de la madre, las pertenencias de la abuela. Pero eso no es algo exclusivo de un país, lo hemos vivido en todos lados, pasó mucho en los 80 de Perú, la época en que yo me fui de mi país y se fue casi toda una masa joven porque se vivía una guerra, un conflicto interno muy cabrón. Los grandes movimientos migratorios de todas las clases sociales han sido transversales en América Latina, y en algún momento nos hemos visto metiendo los recuerdos de la abuela en una cajita. Todos tenemos nuestras cajitas.
Mariana Rondón: Hay una cosa de poder contar con pequeños gestos y detalles, con cosas que son aparentemente sencillas como que un día se va el agua, otro día la luz, y eso tan chiquito puede ser el germen de una gran tragedia. En aumento, cuando se masifica y termina abarcándolo todo, puede convertirse en una tragedia. Zafari es como una fábula distópica, no es hiperrealista, no está tratando de decir ‘Yo tengo la verdad’, ¡para nada!. Pero está hablando desde un lugar cotidiano y cómo lo cotidiano puede ser distópico.
Claves del trabajo en conjunto
Marité Ugás: Se basa en el respeto y eso se aprende a los coñazos también. Por lo general coincidimos, pero cuando no, nos hace seguir adelante el respeto siempre hacia la postura del otro.
Mariana Rondón: También que al sentir miedo de hacer algo, la otra te diga: ‘no, dale que sí puedes con eso’. El miedo se debe tomar como lo inevitable, pero no puedes dejar de hacer lo que debes hacer, no puedes dejar de contar lo que tienes que contar. Tienes que poder darle al miedo una forma, y nosotras lo que hicimos fue darle a ese miedo una historia, convertimos en película al miedo.
Marité Ugás: Lo que está sucediendo en ese instante da miedo. Ahora el arte se convierte en un arma peligrosa para lugares intransigentes, los autoritarismos le tienen terror al creador, entonces somos enemigos per se y eso siempre es delicado.
Consejos para la Mariana y la Marité de hace 30 años
Mariana Rondón: Le diría ‘¡dale!, no pares de trabajar que todo tiene sentido’. Le diría que no hay que rendirse ni por lo que te digan los otros ni por creer que tu idea no es buena, porque si no la pruebas, no vas a saber si sirve o no. Le diría que tienes que llegar hasta el final, es durísimo, es dificilísimo, pero hay que remontar mucho, hay que seguir adelante y seguir intentándolo.
Luego creo que lo fundamental de todo esto es tener voz propia porque hacer una película que se parezca a las otras no tiene ningún sentido. Mientras más se parezca a ti mismo es mejor, así te equivoques, así no sea lo que le guste a todo el mundo, porque lo que tiene sentido es que se parezca a ti.
Marité Ugás: Creo que el bajón y los tiempos duros van a estar presentes siempre porque es parte del proceso creativo, la cosa es poder sobrevivir a ellos, reponerse, pararse, creer en que vale la pena. Y si sientes que no vale la pena, hay que cambiar rápido de rumbo porque la necedad tampoco es buena.
Filmografía (selección)
Zafari (2024), dirección Mariana Rondón.
Contactado (2020), dirección Marité Ugás.
Pelo Malo (2013), dirección Marité Ugás.
El chico que miente (2011), dirección Marité Ugás.
Postales de Leningrado (2007), dirección Mariana Rondón.
Daniela Rodríguez, Varek La Rosa y Francisco Denis, en Zafari, dirigida por Mariana Rondón. Foto Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
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